Ejemplos de frases cliche

Sinónimo de cliché

Los clichés son palabras o frases que se han utilizado en exceso en la escritura o el discurso, y por lo tanto se han convertido en algo sin sentido. Entre ellos se encuentran ejemplos como el clásico “no dejes ninguna piedra sin remover” y el más moderno “es lo que hay”. En muchos sentidos, gran parte de la “jerga”, especialmente la de gestión, se ha convertido también en un cliché, porque tiene poco significado y a menudo se utiliza únicamente para llenar espacio o hacer que el usuario parezca importante.

Esta página analiza el efecto de incluir clichés en el discurso o la escritura, y por qué es mejor evitarlos. Sugiere algunos ejemplos de clichés, aunque hay muchos otros, y ofrece algunas sugerencias de frases alternativas.

Para el lector, un cliché es como si no existiera. El ojo (y el cerebro) simplemente se salta las palabras. En otras palabras, estas frases no sólo carecen de sentido, sino que se ignoran activamente. Su uso también puede hacer que el escritor parezca perezoso y poco imaginativo.

Peor aún, algunos clichés han adquirido un significado casi opuesto porque somos muy cínicos con ellos. Por ejemplo, cuando escuchas la frase “No dejaremos ninguna piedra sin mover”, ¿cuántas veces has asumido que en realidad significa “No haremos nada, pero queremos que pienses que lo haremos”? Del mismo modo, la frase “Lo prometo” casi siempre significa “No lo conseguiré”.

Escribir clichés

Los clichés son palabras y frases que se han utilizado tan a menudo que ya no son muy interesantes o eficaces.  El término cliché deriva de la frase francesa “cliché” para el sonido de una plancha de impresión que imprime la misma frase repetidamente.  Los clichés forman parte de nuestro discurso cotidiano y a menudo no nos damos cuenta de que los utilizamos.  Además, aparecen con especial frecuencia en determinados tipos de escritos (como el periodismo) o ámbitos de actividad (como el deporte, los negocios o la política). La mayoría de los escritores y oradores tratan de evitar el uso de clichés en su trabajo.

Es importante tener en cuenta que la reutilización constante de expresiones no crea necesariamente un cliché. Las expresiones típicas que se utilizan casi siempre en ceremonias formales, festivales, tribunales, etc., no se consideran ejemplos de clichés, sino que se adecuan a esas ocasiones y se consideran más apropiadas:

Del mismo modo, ciertos epítetos como “reverendo” y “padre” se adjuntan a los nombres de los funcionarios de la iglesia. Además, a las personas de la familia real se les dirige con los epítetos “Su Gracia”, “Su Alteza” o “Su Alteza Real”. Estas expresiones forman parte de la etiqueta y no entran en la categoría de clichés.

Refranes ingleses

Un cliché es un dicho, una imagen o una idea que se ha utilizado tanto que suena terriblemente poco creativo. La palabra “cliché” era originalmente francesa para el sonido de una plancha de impresión, que imprime lo mismo una y otra vez. El uso de clichés se considera una mala forma de escribir y hablar porque hace que parezca que no se ha pensado en las palabras. Los buenos escritores y oradores tratan de utilizar un lenguaje reflexivo y original en lugar de clichés en su trabajo. Los sinónimos de cliché son los tópicos y las banalidades.

Otra característica común de los clichés es que tienden a simplificar y dramatizar. En lugar de admitir que una historia no siempre tiene felicidad o explicar que el amor serio tarda en desarrollarse, estos clichés hacen que el escrito parezca superficial y, por tanto, poco interesante.

Los clichés son importantes porque expresan ideas y pensamientos muy extendidos y comunes dentro de una cultura, de ahí la frase “cliché pero verdadero”. Sin embargo, en nuestra cultura, tendemos a no gustar de los clichés porque valoramos mucho la creatividad, la originalidad y el ingenio, más que la repetición y el uso de palabras ajenas. No todas las culturas piensan así; en China se considera bueno utilizar clichés porque la cultura china valora más la tradición y desprecia la individualidad. Pero incluso en nuestra cultura, los clichés siguen siendo muy comunes en libros populares, poemas, películas, programas de televisión, discursos y anuncios.

Una frase popular que representa una idea común

¿Alguna vez te has encontrado con palabras o frases que se usan en exceso hasta el punto de que te molestan cada vez que alguien las usa? Pues no es el único. En el idioma inglés, esas palabras sobreutilizadas se llaman clichés.

Se podría decir que los clichés son como el pan rancio que ha cogido moho. Cuando está recién horneado, la barra de pan tiene mucha demanda. Con el tiempo, al perder su frescura, el pan pierde su demanda y deja de ser deseable.

En esencia, la palabra cliché tiene raíces francesas. De ahí la “é” acentuada en la palabra. En inglés, por tanto, se puede escribir cliché como cliche. Pero, como cliché suena más elegante y porque soy un animal de costumbres (¡cliché, me has pillado!), nos ceñiremos al uso de cliché en la pieza.

Cuando estaba en acción, la placa de hierro fundido que reproducía imágenes, palabras y frases se denominaba placa estereotipada. En funcionamiento, estas placas creaban un sonido que sonaba a “cliché”. De ahí que la palabra cliché surgiera del sonido de repetición.

Tenga en cuenta que usted ya está familiarizado con estas frases. ‘Felices para siempre’, por ejemplo, tiene mucho significado en el mundo de los niños. Al llegar a la adolescencia, han escuchado este cliché tantas veces que estarían dispuestos a romper el libro que termina con él.